limonada freefood

A estas alturas, a (casi) nadie se le escapa que hidratarse correctamente es clave para un estilo de vida saludable. También parece bastante claro que, cuando el calor aprieta, la necesidad de ingerir líquidos también aumenta pero, claro, estamos de vacaciones y normalmente apetece saltarse el guión… hidratarse, sí, pero con cierta “alegría”. Este artículo no pretende ser un manual, sino una colección de cinco buenos hábitos para hidratarse bien, bebiendo y comiendo:

1. BEBE REGULARMENTE. Fíjate en los deportistas de élite, especialmente en los ciclistas, acostumbrados a fajarse en las carreras más importantes cuando más calor hace: hay que beber regularmente, incluso cuando no tienes sed… porque la sed es un aviso del principio del proceso de deshidratación. Por cierto, evita las bebidas excesivamente frías, porque engañan al cuerpo, dándole la sensación inmediata (y errónea) de haber eliminado la sed.

2. HIDRATARSE NO ES SOLO BEBER.  Las frutas y verduras de temporada contienen grandes cantidades de agua. Aquí tienes algunos ejemplos refrescantes: Un vaso de sandía triturada (o no) contiene un 92% de agua, además de vitaminas A y C. Manzanas y peras contienen aproximadamente un 84% de líquido elemento, las espinacas un 92%, la zanahoria un 87%. Incluso el “simpático” brócoli está formado de agua en un 91%, razón de más para que le des una nueva oportunidad. En nuestro eco market encontrarás productos ecológicos, naturales y “a prueba de verano”.

3. LA TRADICIÓN ES SABIA. Dos primos hermanos de la gastronomía popular española de verano son el gazpacho y el salmorejo. Pues bien, la mayoría de sus ingredientes ya incluyen, de por sí, una elevada presencia de agua (94% el tomate, 92% el pimiento o 92% el pimiento). No es de extrañar que, desde su Andalucía natal, se hayan extendido ampliamente como alimento fresco, hidratante y sano. Para más menús sanos y refrescantes, te proponemos probar alguno de nuestros packs.

4. PON PICANTE EN TU VIDA.  Aunque suene a contradicción, funciona. La razón es muy sencilla: la sensación de “falsa quemadura” que expermientamos cuando comemos picante activa los resortes del cuerpo para disminuir su temperatura, generando una sensación refrescante. En algunos países tropicales es habitual servir la fruta fresca sazonada con salsa picante y, aunque parece un pecado, supone un “doble refresco”.

5. LOS CLÁSICOS NUNCA FALLAN.  Una bebida casi universal ligada al verano es la limonada. Por alguna razón será: con cada sorbo vas a ingerir vitaminas del grup B, vitamina P, vitamina C, potasio, magnesio, fósforo, calcio, hierro, sodio, con muy bajo aporte calórico (eso sí, haciendo un uso moderado del azúcar o utilizas algún edulcorante natural alternativo).

EN VERANO, VENCE A LA SED, NO DEJES QUE APAREZCA: ¡TE HIDRATAS CON LO QUE COMPRAS! ¡También en verano!