El ayuno intermitente es una práctica milenaria que consiste en no comer, total o parcialmente, durante un tiempo determinado y antes de volver a comer con normalidad. Se trata de alternar periodos de ayuno y de alimentación.

Es importante tener claro que no todas las personas están indicadas para hacer este ayuno intermitente, ya sea por problemas de la conducta alimenticia o por tener enfermedades como la diabetes. Es fundamental que se consulte con un médico antes de iniciar el ayuno.

Sin embargo, son muchos los expertos que destacan los beneficios para nuestra salud y bienestar derivados de esta práctica como, por ejemplo:
1- Promueve la pérdida de peso y de grasa corporal, disminuyendo la inflamación.
2- Mejora la salud digestiva, cardiovascular y cerebral.
3- Fortalece el sistema inmunológico.
4- Aumento en la longevidad.

Algunos estudios sugieren que esta forma de comer puede ofrecer beneficios como la pérdida de grasa, una mejor salud y longevidad. Sus defensores afirman que un programa de ayuno intermitente es más fácil de mantener que las dietas tradicionales con control de calorías.

Cada persona experimenta el ayuno intermitente a su propia manera, y los diferentes estilos se adaptan a diferentes personas. Puedes ayunar un día a la semana, cada dos días o saltarte alguna comida. Pero fórmula más común y la más recomendada es no comer entre 12 y 16 horas. La fórmula más fácil es hacer un ayuno aprovechando las horas de sueño. Haciendo que la última comida del día sea, por ejemplo a las 7 h de la tarde y la primera comida siguiente sea al despertarse. Y aunque tengáis hambre, no es nada aconsejable pegarse atracones después del ayuno, ni abusar del café, ni tener una alimentación pobre.

Aunque todo esta información es muy interesante, al máximo que puedas consulta con un especialista para saber si estás listo para llevar a cabo este tipo de ayuno.